Viajar: El encanto de Chiloé
Que mejor que disfrutar las vacaciones viajando, sobre todo a nuevos lugares. Chile tiene una variedad enorme de paisajes, yo conocía de Caldera hasta Talca y mi gran deseo era poder viajar al sur. Gracias a mis padres pude realizar el tan anhelado sueño, estuve disfrutando y maravillandome por cuatro días en la isla de Chiloé.
Pucha que es mágica la isla, quede fascinada con las nubes esponjosas que parecen de algodón, con la gente que es muy amigable y las tonalidades de verde que uno descubre al recorrer sus caminos. Sin duda, falto tiempo para conocer todas sus maravillas pero pude ir al Muelle de las Almas, un lugar imperdible, realmente el paisaje es asombroso, hay que caminar por un sendero con cerros empinados aunque eso da lo mismo porque uno lo recorre observando por un lado la costa y por el otro un sinfin de bosque nativo. Al final de 40 minutos caminando aproximadamente antes de bajar al muelle se encuentra la historia del lugar.
...cuentan los antiguos, que cuando una persona muere, su alma debe viajar a los acantilados de Punta Pirulil y llamar al balsero Tempilkawe, quien lo trasladara en su bote blanco de espuma hacia el horizonte y el cielo. no sin antes estar esa alma preparada y tener sus lindas llanka (piedras preciosas), que cobrara el balsero como pasaje...
Es difícil explicar lo que uno siente estando ahí, la vista es hermosa, tuvimos suerte el día anterior había llovido, pero el clima estaba agradable, el cielo estaba despejado por lo que el paisaje se veía radiante, el sonido de las olas al romper cerca del acantilado era encantador, a veces pasaban pájaros cantando, fue una mezcla que personalmente me encantó, me hubiera quedado tirada en el pasto por horas disfrutando de ese momento.
En realidad me habría quedado en Chiloé, esa frase cliché de la magia del sur es verdad, espero volver algún día no muy lejano con más tiempo para recorrer todos los otros lugares que no pude ir, seguir encantandome con los amaneceres, con el olor de mezcla de tierra mojada con el humito de las chimeneas, probar comida tradicional y descubrir tantas otras cosas más que en el sur existen.
Recorrí otros sitios, cada uno con su atractivo, pero el Muelle me dejó impresionada, igual recordaré a la señora de Chonchi que vendía las típicas calcetas chilotas de esa lana rica para el invierno, a las niñas de la recepción del hotel que eran muy buena onda, a las señoras del terminal de buses que eran calladitas, al conductor que nos llevó a Cucao al ritmo del reggeaton desconocido, al joven del parque nacional que era muy volado, en Ancud a una niña que trabajaba en la ruta de las iglesias que no explicaba bien como llegar a ellas, pero que nos dio un buen dato para comer rica comida chilota.
En definitiva todos los viajes son especiales, pero este fue fenomenal, sin duda son estas experiencias las que te satisfacen y te llenan al alma. Volví a santiago feliz con lo vivido, con las pilas recargadass para lo que viene, agradecida de la oportunidad que mis papas me dieron. Ahora enfocada en terminar mis estudios, pensando en volver a disfrutar las maravillas del sur...
...Les dejo algunas fotitos.
Viajar: El encanto de Chiloé
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abril 03, 2016
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